Consideramos un apartado clave, en las causas de la pérdida de visión, aportar información ordenada según las molestias que pueda presentar un paciente (síntomas) o los cambios físicos que vemos en los ojos (signos). Destacan los apartados de pérdida de visión, ojo rojo, lloroso o desviado, entre otros.

Desde Área Oftalmológica Avanzada te lo explicamos en esta guía práctica para aproximarse a un posible diagnóstico de pérdida de visión.

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¿Qué es la pérdida de visión?

La pérdida de visión se refiere a la ceguera parcial o total, y muchas veces está causada por defectos refractivos que no se pueden corregir con el uso de gafas o lentillas. A continuación explicamos cómo es cada tipo de pérdida de visión. 

Ceguera total

La ceguera total ocurre cuando la pérdida de la visión es completa, es decir, el paciente no ve absolutamente nada, ni siquiera la luz. 

Ceguera parcial 

Los pacientes con ceguera parcial presentan una visión muy limitada a cualquier distancia. Algunas personas con ceguera parcial tienen pérdida de visión repentina, otras sufren, únicamente, pérdida de visión en un ojo. 

Causas de la pérdida de visión

Las causas de la pérdida de visión son diversas, entre las más comunes encontramos las siguientes: 

  • Oclusiones vasculares: las oclusiones vasculares pueden afectar a la retina, una rama venosa o la arteria central de la retina. En cualquier caso, estas lesiones pueden afectar la oxigenación del tejido fotosensible y provocar pérdida de visión.
  • Infecciones postoperatorias: toda intervención quirúrgica conlleva ciertos riesgos, y las infecciones son uno de ellos. Algunas infecciones postoperatorias pueden provocar pérdida de visión repentina, enrojecimiento del ojo y dolor. 
  • Uveítis: se trata de la inflamación o irritación de la úvea, una capa interna de ojo que abastece de sangre y nutrientes a la retina. La uveítis es una enfermedad ocular poco frecuente y en algunos casos puede afectar únicamente al iris del ojo (iritis o uveítis anterior). 
  • Degeneración macular asociada a la edad: esta enfermedad es la causa más frecuente de pérdida de visión y una de las primeras causas de ceguera en personas mayores de 65 años. Esta afección degenerativa afecta la mácula de la retina, provocando el deterioro de la misma y comprometiendo la visión central. 
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Otras causas de la pérdida de visión 

En ocasiones, la pérdida de visión puede estar causada por las siguientes afecciones oculares:  

Opacificación de medios transparentes

Es la causa más frecuente de pérdida de visión y, afortunadamente, tiene muy buen pronóstico. La luz que penetra en la estructura ocular debe atravesar dos lentes: la córnea y el cristalino. Si alguna de estas lentes, o los espacios intermedios entre éstas se opacifican, dificulta el paso de la luz hacia la retina y no se construye una imagen nítida. 

Las cataratas, las cicatrices corneales, el edema corneal y las inflamaciones de la úvea, (uveítis anterior y/o posterior) son condiciones que provocan opacidad de medios transparentes. 

Lesiones retinianas

La retina es una prolongación del cerebro, lo cual explica por qué las lesiones en esta zona son tan importantes. La retina está constituida por tejido neuronal y cuando se lesiona no recupera su funcionalidad

La muerte celular en la retina se acompaña de pérdida irreversible de visión. Las causas más frecuentes de afectación retiniana con pérdida de visión son los accidentes vasculares, como embolias y trombosis, hemorragias en diabéticos y miopes o, desprendimientos de retina

Lesiones de la vía óptica

Una lesión en la vía óptica puede conllevar una afectación de la visión, aunque el ojo y el cerebro estén en perfecto estado. Las lesiones de la vía óptica interrumpen la señal nerviosa que genera la retina y no dejan que ésta alcance el cerebro y se transforme en imagen.

Esta situación se observa en lesiones de tipo isquémico (falta de riego sanguíneo), compresión mecánica de tipo tumoral o por un traumatismo que secciona la vía óptica. 

Afectación cerebral

Existen alteraciones a nivel central que afectan al cerebro. Las alteraciones de tipo hemorrágico o isquémico por déficit circulatorio o por compresión a causa de crecimientos tumorales, así como traumatismos con destrucción de tejidos, pueden ocasionar afectación de un sector del campo visual. 

Visión doble

La visión doble, también llamada diplopía, puede presentarse en uno o ambos ojos. La diplopía monocular suele estar causada por un trastorno en la córnea o el cristalino como la queratitis, cicatrices o cataratas. 

Cuando la visión doble es binocular suele deberse a un problema en la motilidad de los músculos extraoculares que se encargan del alineamiento de los ojos. Un fallo de estas características, cuando aparece de forma repentina, puede deberse a un problema neurológico como el Parkinson, Alzheimer u otras enfermedades neurodegenerativas.

Visión deformada

La visión deformada se reconoce por la percepción distorsionada de las líneas rectas verticales u horizontales. Este síntoma suele indicar un proceso patológico en la mácula en fase inicial, por ello debe ser atendido lo más pronto posible por un oftalmólogo. 

Mala visión nocturna

La dificultad para ver correctamente durante la noche o en espacios poco iluminados puede indicar que el paciente presenta una afección en la retina. En muchas ocasiones esto puede ocurrir por un fallo en el tiempo de adaptación del ojo a la oscuridad; es decir, que se trata de pacientes que requieren más tiempo para adaptarse a la oscuridad cuando procede de una ambiente iluminado.

Este síntoma se relaciona con enfermedades que deterioran la retina, concretamente el epitelio pigmentario. La visión nocturna deficiente puede aparecer en pacientes con miopías elevadas o con retinopatía pigmentaria

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Afectación de la visión de los colores

La alteración de la visión cromática es más frecuente de lo que pensamos. En la mayoría de veces se trata de trastornos hereditarios de origen genético como el daltonismo. Sin embargo, existen enfermedades que pueden provocar fallos en la visión de los colores de forma repentina durante la adultez, tales como afecciones maculares, glaucoma o cataratas. 

Luces y Moscas flotantes

En ocasiones, es posible ver destellos de luz llamados fotopsias o pequeños puntitos o nubes que se mueven en el campo visual conocidas como cuerpos flotantes. Estas moscas flotantes son diminutos trocitos de humor vítreo, el gel transparente que llena el interior del ojo. 

Aunque estos objetos parecen estar frente al ojo, en realidad flotan en su interior. Lo que percibimos son las sombras que proyectan en la retina al impactar la luz sobre ellos. Las moscas flotantes pueden venir provocadas por: envejecimiento, desprendimiento de vítreo posterior y desprendimiento de retina.

Pérdida de visión y halos de colores

La aparición de halos de colores alrededor de las fuentes de iluminación se debe casi siempre a la aparición de un edema de la córnea. La concentración de líquido en la córnea produce la descomposición de la luz en su camino hacia la retina.

El edema corneal suele presentarse ante una elevación importante de la presión ocular, en un glaucoma agudo. También puede ocurrir en pacientes que usan lentes de contacto y presentan mala oxigenación en la córnea, generalmente por un exceso de horas de porte de lentillas o porque las lentillas están en mal estado.

Dolor ocular y pérdida de visión

El dolor ocular es un síntoma muy genérico. Un ojo doloroso puede ir desde una cierta molestia hasta un dolor agudo e intenso como el que provoca un glaucoma por cierre angular. El dolor suele aparecer por la estimulación de las fibras sensitivas del nervio trigémino, uno de los nervios que inerva el ojo.

Esta sensación dolorosa se da en los procesos ulcerativos de la córnea, ya que es en esta estructura donde hay mayor concentración de fibras sensitivas. Esto explica que cuando entra una mota de polvo en el ojo sea tan molesto. 

Cuando se produce la abrasión de la córnea por un traumatismo como un arañazo o por el roce de una lentilla en mal estado o por la entrada de una partícula metálica o de cualquier otro tipo que se clava en el epitelio, aparece dolor que ocasiona lagrimeo y fotofobia

Procesos como la uveítis anterior o el glaucoma producen la excitación de las fibras sensitivas internas, ocasionando fuertes dolores. 

Pupilas de tamaño diferente

Las pupilas de ambos ojos tienen un tamaño similar, con una reactividad ante la luz también similar. Bajo condiciones de oscuridad, las pupilas tienen un diámetro entre 6 y 8 mm, pasando a 3 o 4 mm bajo la influencia de la luz.

La forma clásica de estudiar la dinámica pupilar es bajo la estimulación lumínica, analizando los diámetros pupilares de cada ojo y la velocidad de su contracción o miosis (reflejo fotomotor).

El estudio de las pupilas es de gran ayuda para diagnosticar distintas afecciones oculares como uveítis anterior, hipertensión ocular, glaucoma, tumores o afecciones neurológicas entre otras.

Ojo rojo

El ojo rojo es uno de los signos “guía” más importantes en oftalmología. Las causas que lo originan pueden ser muy variadas y con pronóstico muy diferente. De forma general, podemos decir que un ojo rojo que se acompaña de dolor y pérdida de visión supone la situación de máxima urgencia. Ante esta circunstancia siempre recomendamos acudir al oftalmólogo de inmediato.

Para hacer un diagnóstico diferencial frente a un ojo rojo, hay que valorar la distribución de los vasos sanguíneos o verificar la ausencia de éstos y la presencia de sangre debajo de la conjuntiva. Este último caso, conocido como hemorragia subconjuntival, se debe a la rotura de un pequeño capilar conjuntival con liberación de sangre que se acumula entre la conjuntiva y la esclerótica

El ojo rojo también puede indicar una subida o pico de presión arterial y se suele producir en pacientes que tienen una especial fragilidad de los capilares o que están tomando fármacos anticoagulantes. Los pacientes con síndrome de ojo seco, debido al roce del párpado sobre la conjuntiva, también pueden presentar ojo rojo.

Pupila blanca

En ocasiones, podemos observar a una persona que presenta una mancha blanca en la parte central del ojo, ocupando la zona de la pupila, la cual ya no aparece negra como en el otro ojo. Es lo que se conoce como leucocoria y, aunque puede afectar a los dos ojos, es una situación muy rara. Su presencia suele indicar tres posibilidades: una cicatriz en la córnea, una catarata intumescente o un tumor de la infancia, el retinoblastoma.

Lagrimeo y epífora

Los ojos llorosos es un exceso de secreción lagrimal causada por una irritación de la superficie ocular, cuando entra un cuerpo extraño o hay una conjuntivitis. En estos casos, el ojo reacciona segregando más lágrima para limpiar o eliminar el factor irritante. También puede aparecer lagrimeo en ciertos procesos neurológicos, aunque su incidencia es muy reducida.

La epífora está causada por un déficit en la evacuación de la lágrima que provoca el rebosamiento del fluido. Estos casos se producen en niños pequeños, en las primeras semanas de vida, por falta de desarrollo de la vía lagrimal o en personas adultas, generalmente mayores, por una obstrucción de la vía lagrimal fruto de infecciones o por la presencia de un cuerpo extraño que ha provocado su taponamiento.

Ojos saltones (Exoftalmos)

Los ojos saltones están causados por un proceso sintomático y patológico provocado por un fallo tiroideo y pueden suponer una primera manifestación externa de hipertiroidismo. Suele presentarse en ambos ojos. 

Cuando el exoftalmos afecta a uno de los ojos, puede tratarse de un tumor orbitario localizado detrás del globo ocular, el cual empuja al ojo y lo desplaza hacia delante. En estos casos el paciente puede presentar, además, cierto grado de visión doble por afectación directa de los músculos o por la compresión posterior. 

Ojo seco

La sensación de ojo seco es un síntoma “guía” que indica un déficit de lágrima o mala calidad de la misma. El ojo seco al despertar suele ser más acuciante, agravándose la misma en ambientes con aires acondicionados, humos o calefacciones fuertes. 

El ojo seco es una condición crónica causada por una alteración en la película lagrimal, con atrofia de las glándulas de meibomio. El resultado es una reducción en el volumen de lágrima o un empeoramiento en su calidad y, por ello, se produce la sensación de sequedad.

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Ojo estrábico

El estrabismo es la ausencia de alineación de los ejes visuales que afecta la visión binocular e impide que los dos ojos puedan enfocar en una misma dirección al mismo tiempo.

El estrabismo suele ser una condición congénita causada por un factor hereditario o por anomalías en el desarrollo de la estructura ocular. En adultos, puede estar desencadenado por un proceso tóxico, un cuadro neurológico, un proceso expansivo o un traumatismo.

La principal diferencia entre la desviación estrábica esencial en el niño respecto al adulto es que, en este último, la desviación ocular suele aparecer de forma repentina y acompañándose de visión doble o diplopía. 

El signo o síntoma “guía” para el diagnóstico de la pérdida de visión

La pérdida de visión es un motivo suficientemente importante para acudir al oftalmólogo de inmediato. Para determinar la causa de la ceguera, total o parcial, existen muchos síntomas guía. Por esta razón, es importante realizar una revisión completa de la salud ocular y sistémica del paciente.  

Lo primero que debe hacer el oftalmólogo es buscar un síntoma que le indique en qué parte del ojo o del organismo puede estar presentándose el problema. Para ello, es imprescindible conocer si el fallo visual se presenta en uno o ambos ojos, si hay sangramiento, ojo rojo, dolor y si hay presencia de halos de luz o moscas volantes en el campo visual.

Para emitir un diagnóstico debemos examinar la agudeza visual del paciente, el estado de las pupilas, la alineación de los ejes visuales, la presión ocular, la visión cromática y, por supuesto, el fondo del ojo. Es probable que el oftalmólogo solicite la realización de pruebas complementarias y sistémicas como analíticas, tomografías, ecos o resonancias magnéticas

Tratamiento para la falta de visión

El tratamiento de la pérdida de visión depende exclusivamente de su causa. Por esta razón, es importante acudir al oftalmólogo en el momento en que se presenten los primeros síntomas

Algunas afecciones oculares pueden provocar una pérdida de visión reversible no obstante, otras enfermedades oculares pueden ocasionar pérdida de visión irreversible haciendo imposible reparar el daño causado y restaurar la visión del paciente. Atender a tiempo la pérdida de visión es vital para detener el daño ocular y para prevenir que una misma condición afecte de nuevo en el futuro.

En Área Oftalmológica Avanzada contamos con los mejores expertos en el diagnóstico y tratamiento para la pérdida de visión. Si tienes un problema con tu vista no dudes en consultarnos. Pide una cita con uno de nuestros profesionales.

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La pérdida de visión se refiere a la ceguera parcial o total, y muchas veces está causada por defectos refractivos que no se pueden corregir con el uso de gafas o lentillas.
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