En este apartado, veremos en detalle qué es una revisión oftalmológica y cómo seguir las recomendaciones impuestas por nuestro oftalmólogo de confianza, así como los distintos tipos de pruebas oftalmológicas que podemos encontrar y la importancia de realizar una buena revisión de la vista en función de nuestra edad.
En qué consiste una revisión oftalmológica
Una exploración oftalmológica completa depende de múltiples factores:
- La edad
- La fecha de la última revisión
- Los antecedentes familiares
- La presencia de otras enfermedades
Por lo tanto, la visita que realizará el oftalmólogo consiste en una exploración básica. Esta será similar en la mayoría de ocasiones, y una exploración complementaria que podrá variar según cada situación. Algunas de las pruebas diagnósticas no las realiza directamente el oftalmólogo. Para ello, en Área Oftalmológica Avanzada contamos con ópticos y enfermeras especializadas en el centro, que informarán de los resultados al médico.
Historial médico
Durante la exploración inicial debe explicar su historial médico y familiar. Esto puede incluir preguntas sobre su salud general, alergias, medicación y cirugías o enfermedades oculares pasadas. Es fundamental que el paciente colabore con el médico, ya que si se omite alguna información que pudiera ser importante, puede ocasionar errores diagnósticos y terapéuticos. La legislación española considera que el paciente tiene la obligación de facilitar toda la información que solicite su médico para establecer un enfoque correcto de la enfermedad.
Tipos de pruebas oftalmológicas
Un examen completo de los ojos consta de diversas pruebas que permiten explorar toda la estructura ocular a profundidad. Existen muchos tipos de pruebas oftalmológicas, pero para un chequeo completo se suelen realizar las siguientes:
Agudeza visual
Esta es la prueba más conocida por todos los pacientes. Para realizar este examen se utiliza un optotipo mientras que el paciente debe leer una cartilla (tabla de Snellen) para determinar cuánto pueden ver sus ojos a distintas distancias. Este examen visual se realiza de forma monocular, es decir, en un ojo primero y en otro después, y tiene como objetivo determinar si el paciente tiene una agudeza visual 20/20.
Refracción
Para examinar la refracción y determinar la prescripción de las gafas que deberá usar el paciente se utiliza un foróptero. Este aparato tiene muchos lentes en su interior que se le van rotando al paciente mientras observa una cartilla de lectura. Debe indicar con cuál de los lentes del foróptero obtuvo una mejor visión.
Exploraciones de los párpados
Para examinar los párpados se utiliza una lámpara de hendidura y durante la evaluación se estudian diversos aspectos, tales como:
- La posición de los párpados. En su estado normal el borde de los párpados están en contacto con el globo ocular y los puntos lagrimales se encuentran sumergidos en el lacus lacrimalis.
- Mientras el ojo esté abierto y el paciente mantenga su visión recta, el párpado superior debe cubrir el ojo hasta 2 mm, desde el borde hasta la córnea. La amplitud de hendidura palpebral debe ser de entre 6 y 10 mm.
- La piel del párpado debe ser delgada y con poco tejido graso subcutáneo.
- La conjuntiva palpebral se puede chequear a través de la reversión del párpado superior. Esta estructura es normalmente lisa y brillante, sin cicatrices ni protusiones.
Exploración de los músculos del ojo
Los músculos extrínsecos del ojo son los responsables del movimiento del globo ocular. La evaluación de estos músculos es muy importante para el diagnóstico de condiciones como la ambliopía y el estrabismo.
Para examinar los músculos, el médico pide al paciente mire fijamente al lápiz que sostiene en su mano y siga con la mirada el movimiento sin mover la cabeza. El desplazamiento ocular de los ojos del paciente es un indicativo del estado de salud de los músculos extrínsecos.
Tonometría
La tonometría es el instrumento de diagnóstico que permite medir la presión intraocular del ojo (PIO). La tensión ocular se mide con la ayuda de un tonómetro, que dispara un soplo de aire en el ojo del paciente y realiza la medición de forma inmediata. Los valores alterados de presión intraocular están asociados al glaucoma, una enfermedad crónica que causa el daño progresivo del nervio óptico.
Exploración con la lámpara de hendidura
La lámpara de hendidura es un instrumento muy importante en oftalmología que no solo se utiliza para examinar los párpados. La lámpara de hendidura es un microscopio binocular que posee una luz intensa que permite al oftalmólogo examinar la estructura ocular en aumento y al detalle.
La exploración ocular con lámpara de hendidura permite obtener imágenes tridimensionales de segmentos de los párpados, el iris, la córnea, la conjuntiva y el humor acuoso. Para examinar el ojo en su totalidad con una lámpara de hendidura es necesario dilatar la pupila para así poder observar el cristalino, el nervio óptico y la retina.
Examen oftalmoscópico
El oftalmoscopio es un instrumento muy similar a una linterna con distintos lentes de aumento. Utilizando un oftalmoscopio podemos iluminar la estructura ocular del paciente para ver al detalle la córnea, las venas, arterias, el cristalino y humor vítreo, entre otras partes. Durante la exploración, el paciente debe mirar fijamente el oftalmoscopio mientras un rayo de luz penetra en la estructura ocular. Esta prueba se realiza casi siempre con las pupilas dilatadas, es indolora y se utiliza para detectar muchas alteraciones oculares, desde cambios en la retina hasta degeneración macular.
Campo visual
El campo visual es la totalidad de visión alcanzada por un ojo y por lo tanto abarca tanto la visión central como la periférica. Para cuantificar el campo visual de un paciente se puede hacer uso de una pantalla tangente o un perímetro de Goldmann.
Durante ambas pruebas el paciente debe mirar fijamente, a una pantalla o a un dispositivo esférico, mientras que de distintos puntos de la pantalla o la esfera se mueve un objeto, desde la zona periférica hasta la zona central del campo visual. La rejilla de Amsler es el instrumento más utilizado para estudiar la visión central del campo visual. Esta rejilla es una cartulina negra que contiene una rejilla blanca y un punto blanco en el centro. Lo ideal es que el paciente pueda observar toda la rejilla sin encontrar ninguna distorsión en la líneas, ni manifestar la existencia de un punto ciego en su visión.
Interpretación del resultado de la exploración oftalmológica
Los datos obtenidos en los apartados que acabamos de ver, deben ser evaluados por un oftalmólogo. Se trata de un médico que, tras finalizar su licenciatura y superar la pruebas de acceso MIR, se ha especializado en esta rama. Dicha especialización dura un mínimo de 4 años y se relaciona con la visión y el aparato ocular, tanto en los aspectos fisiológicos como ópticos y patológicos. Por ello, es el único capacitado para decidir los resultados de la exploración realizada. Solo él podrá informar de lo que ocurre en sus ojos, así como establecer la mejor pauta para resolver su problema. Debe existir una buena comunicación entre oftalmólogo y paciente, de forma que el paciente disponga de toda la información necesaria para que tome una decisión totalmente libre sobre la conducta a seguir.
El oftalmólogo está obligado a transmitir, de una forma clara e inteligible, todo aquello que solicite el paciente acerca de su enfermedad, y respetar la dignidad del paciente como persona, así como su libertad para tomar decisiones. Cuando se respetan estos principios y se establece una relación de confianza, que queda plasmada en la firma del consentimiento informado, se puede establecer el tratamiento propuesto.
La revisión de la vista según la edad
Desde el nacimiento y, hasta el final de la adolescencia, los ojos se encuentran en constante desarrollo. De hecho, el globo ocular deja de crecer aproximadamente a los 18 años de edad. Examinar los ojos de forma periódica es muy importante para detectar a tiempo cualquier problema visual y atenderlo en su estadio inicial.
Revisión en bebés
Es muy importante realizar un estudio completo de la visión y la estructura ocular de los recién nacidos. Lo ideal es que un oftalmólogo especializado en pediatría examine los ojos y la visión del neonato para determinar que todo marcha correctamente, que el globo ocular se encuentra en su fase correcta de desarrollo y que no hay problemas de movilidad ocular. La primera revisión obligatoria de un bebé se recomienda a los 6 meses de haber nacido.
A partir de los 3 años
Cuando el niño ha alcanzado los tres años de edad debe asistir a su primera consulta oftalmológica obligatoria, sobre todo si sus padres sufren de algún defecto refractivo. A esta edad el niño ya puede colaborar durante los exámenes de la visión, por lo resulta mucho más sencillo diagnosticar defectos visuales y ojo vago.
De los 4 años hasta los 8
Si el niño presenta defectos refractivos es importante que acuda cada año al oftalmólogo para chequear su visión y detectar cambios en la refracción. Durante la edad escolar es muy importante que los padres estén atentos si el niño presenta dificultad para leer, ver la pizarra, estudiar o concentrarse. Ante cualquier síntoma relacionado con la vista, lo ideal es acudir lo antes posible al oftalmólogo para detectar a tiempo cualquier problema en la visión.
Durante la adolescencia
Durante la adolescencia la vista debe ser examinada una vez cada año si existe algún defecto refractivo. También es importante asistir a un chequeo de rutina, siempre que haya estado más de tres años sin revisar la estructura ocular.
Entre los 20 y los 40 años
Si no existen defectos refractivos, lo recomendable es revisar la estructura ocular cada 3 años como un control de rutina. A partir de los 20 años se puede optar por cirugía refractiva para tratar de forma permanente algún defecto visual.
A partir de los 40 años
La cuarta década del ser humano es muy importante para el sistema visual. Chequear la visión y los ojos a los 40 años es obligatorio, pues durante esta edad empiezan a manifestarse los problemas visuales asociados al envejecimiento, como la presbicia. Además, es importante resaltar que, a partir de los 40 años, aumenta el riesgo de padecer glaucoma. Chequear la salud ocular a esta edad es importante para atender enfermedades importantes en su fase inicial.
A partir de los 60 años
La tercera edad es una etapa donde resulta muy importante vigilar de cerca cualquier cambio en la visión. A partir de los 60 años se recomienda asistir una vez al año al oftalmólogo para descartar la presencia de cataratas, glaucoma y degeneración macular asociada a la edad.
¿Por qué es importante la revisión de la vista?
Existen muchas enfermedades relacionadas con la vista, y todas tienen una característica muy importante en común: el diagnóstico precoz es clave para preservar la visión. Existen enfermedades silenciosas como el glaucoma, o alarmantes como el desprendimiento de retina, pero lo cierto es que todas se pueden prevenir si se asiste de forma periódica al oftalmólogo.
Lo ideal es que los pacientes no dejen pasar más de dos años entre un chequeo médico y el otro. ¿Por qué? Porque la estructura ocular siempre está cambiando, se va degenerando con el paso de los años, la vista se cansa, el cristalino se hace opaco y se pueden presentar afecciones crónicas que es mejor atender a tiempo.
También es importante tener en cuenta que muchas enfermedades sistémicas, como la diabetes y la esclerosis múltiple, generan daño silencioso en la estructura ocular que puede controlarse si es detectado a tiempo. Enfermedades como la retinopatía diabética, la degeneración macular, el glaucoma y el síndrome de ojo seco pueden tener un pronóstico más positivo si se detectan de forma precoz.
¿Cuándo fue tu último chequeo visual? Si no logras recordarlo, entonces es momento de asistir a un nuevo control. En Área Oftalmológica Avanzada contamos con la última tecnología para examinar la vista y toda la estructura ocular. Ponte en contacto con nosotros, marca una cita y tómate en serio tu salud ocular. ¡Te estaremos esperando!
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