Una de las consultas que con mayor frecuencia tenemos los oftalmólogos es la del cansancio ocular, ojos irritados y pesadez de parpados. En la mayoría de casos se debe a disfunciones de la lágrima y causas ambientales pero ahora sabemos que hay un factor nuevo relacionado con las glándulas lipídicas de los párpados.
La buena noticia es que podemos diagnosticarlo y tratarlo mediante la apertura de su conducto de salida.
Cansancio ocular
Cuando aparecen estas molestias, solemos atribuirlo a que estamos forzando mucho la vista, demasiadas horas en el ordenador o leyendo y quizás con mala iluminación. Es cierto que en muchos casos es así pero la realidad es que suele haber algo más.
El problema de base suele estar en la lágrima, en alteraciones en su ritmo de secreción y en su composición lo cual deja al ojo en condiciones muy frágiles frente a pequeñas infecciones o irritaciones ante un ambiente cargado, humos o, muy especialmente los aires acondicionados.
Causas de la alteración de la lágrima
Existen muchas causas que ocasionan alteraciones en la lagrima, las más frecuentes son las relacionadas con la edad y el sexo.
A partir de los 45 – 50 años y con mayor frecuencia en las mujeres, se produce una reducción en la cantidad de lagrima y en su calidad, es el conocido Síndrome de ojo seco, que puede estar asociado en muchos casos a cuadros como disfunciones tiroideas, estrés, tratamientos antidepresivos, diabetes y enfermedades reumáticas.
Consecuencias de la alteración de la lágrima
Las alteraciones en la lágrima provocan una mala lubricación y falta de humidificación de la superficie ocular, se reseca y el parpado “rasca” al abrirse y cerrarse, produciendo una inflamación que origina las molestias de ojos irritados.
Si este proceso lo asociamos a un ambiente “agresivo” como es el humo, viento, frío o aires acondicionados, se incrementa el deterioro de la lágrima y con ello la inflamación de la superficie ocular y aumentan las molestias. Se entra en un círculo vicioso muy difícil de controlar.
Cómo reducir la irritación ocular
La solución del problema estaba en reducir estos factores externos, especialmente el referente al aire acondicionado, mejorar el nivel de humedad, y luego la instilación de gotas que se asemejan a las lágrimas (lágrimas artificiales) y geles y ungüentos para mejorar la lubricación del ojo y el ojo seco.
En casos más extremos se puede administrar fármacos antiinflamatorios y más recientemente, colirios preparados a partir del plasma sanguíneo (Suero autólogo).
Irritación ocular y las glándulas de meibomio
Pese a que las molestias suelen mejorar, en muchos casos no lo hacen del todo o incluso con el tiempo parece como si las gotas perdieran efecto o, peor aún, aumentan las molestias, como si se produjera una intolerancia.
De estos casos, que son muchos, hemos aprendido una cosa nueva, que uno de los problemas asociados a la lágrima está en los párpados, en las glandulitas que se sitúan junto a las pestañas, en el borde de los párpados, las glándulas de Meibomio.
Estas glándulas se encargan de segregar lípidos (grasa) que se mezcla con la lágrima y forma un película sobre ella para evitar su evaporación y que no tengamos que parpadear constantemente. Cuando se produce una alteración en estas glándulas, se altera la composición de su secreción o, con más frecuencia, se tapona el conducto de salida, el resultado es un descenso en la capa lipídica de la lagrima y su más rápida evaporación. Si tenemos en cuenta que los trastornos de estas glándulas suelen darse en gente que ya tiene un cierto grado de hiposecreción lagrimal, el efecto es de agravamiento de su “ojo seco”
En la actualidad hemos visto que esta asociación, déficit de lagrima y disfunción de las glándulas de Meibomio, es la causa más frecuente de irritación ocular y pesadez de párpados y como hasta ahora solo tratábamos estos pacientes reduciendo los factores ambientales y administrando lagrimas artificiales, no era suficiente para conseguir la curación o cuanto menos la mejora sintomática, quedaba el componente de los párpados sin tratamiento.
Tratamiento de la irritación ocular
La buena noticia es que ahora sabemos de la existencia de este factor, podemos diagnosticarlo con un equipo que nos permita visualizar las glándulas de Meibomio y mediante el análisis de la lágrima para conocer su osmolaridad y composición y, lo más importante, podemos tratarlo. Una vez identificado y estudiado su tipo y grado de alteración, podemos administrar fármacos que recuperen el metabolismo de estas glándulas y podemos sondar y abrir nuevamente los conductos de salida para restablecer las secreción lipídica. Se trata de una maniobra sencilla y casi indolora que permite obtener muy buenos resultados casi de forma inmediata.
La experiencia a nivel mundial es muy buena y la nuestra coincide con estos resultados.
Conclusiones
El mensaje que queremos trasmitir es que en los casos de ojos irritados, asociados o no a un síndrome de ojo seco, que no mejora con los tratamientos convencionales, es preciso valorar el estado de los párpados, de las glándulas de Meibomio, porque puede estar aquí la base de esas molestias y su diagnóstico y tratamiento puede ayudar a resolverlo, especialmente ahora que se puede abrir y restablecer el funcionalismo glandular. Recomendamos que consulta a su oftalmólogo o se ponga en contacto con nosotros para que valuemos su situación.


Me ha paecido todo muy instructivo, gracias. 🙂
Saludos.
Jordi Viader
Muchas gracias por tu comentario. Iremos ampliando el tema en próximas publicaciones.
Te recomiendo la lectura de “IRRITACIÓN OCULAR” EN EL TRATAMIENTO DEL GLAUCOMA en el BLOG de AOA
También a mi me parece genial poder tener toda esta información. Gracias.
A mí, de hecho es un tema que me preocupa bastante porque hace mucho tiempo que tengo esta pesadez de párpados, que en mi caso suele acentuarse durante ó después de las comidas, más aun, si en ellas ingiero un poquito de vino o cava (por poco que sea), lo cual es muy molesto porque produce una sensación de somnolencia pesada, ¿puede tener alguna relación?
Un afectuoso saludo.
Isabel Bondia
Buenas tardes: Tengo 58 años y siempre he padecido de ojos enrojecidos o irritados y no necesariamente en ambientes cargados o tras leer durante un tiempo. El caso es que desde hace aproximadamente un año tengo frecuentes derrames oculares – en la inmensa mayoría de las ocasiones en el ojo derecho – con una frecuencia de una semana o diez días, con lo que prácticamente se solapan uno con otro. Tengo diagnosticados desde hace bastantes años blefaritis y ojo seco, usando tanto toallitas estériles para la higiene de párpados y pestañas como lágrimas artificiales con carmelosa sódica. Frecuentemente, esté o no el derrame, sensación de arenilla o cuerpo extraño, mal drenaje y en ocasiones presión o dolor ocular. ¿Existe relación entre la irritación ocular y los derrames oculares?. Estoy muy preocupado por este asunto por la inseguridad que generan y lo aparatosos que resultan estéticamente, a los ojos de los demás. Indicarles también que sufro frecuentes cefaleas que suelen centrarse “con dolor en el ojo/ojos”. Cada vez que voy al médico de familia o al oftalmólogo me vienen a decir que no es indicativo de enfermedad grave, pero el caso es que no me han hecho ninguna prueba más allá de la simple exploración ocular. Agradecería su respuesta y sus consejos dándoles las gracias de antemano. Reciban un cordial saludo.
Apreciado Alfredo Garrachón,
En general no existe relación aunque podría existir en determinados casos. La mejor recomendación que le podemos dar es que venga a visitarse con nosotros ya que nuestro servicio de oftalmología está ubicado en un entorno hospitalario donde, además de oftalmología, contamos con el apoyo de otros servicios médicos que pueden ayudarnos a realizar un diagnóstico más concreto de su caso.
Un cordial saludo,