La conjuntiva es el tejido delgado y transparente que recubre la parte blanca del ojo y la parte interna de los párpados. El pterigión y la pinguécula son afecciones benignas que crecen en la conjuntiva del ojo y que no representan ningún problema para la salud.
Ante la presencia de un pterigión o una pinguécula, es importante acudir al oftalmólogo para revisar los ojos y comprobar que todo marcha correctamente en la estructura ocular.
En Área Oftalmológica Avanzada te explicamos qué son el pterigión y la pinguécula y en qué se diferencian.

¿Qué son un pterigión y una pinguéncula?
La conjuntiva del ojo es un tejido transparente muy fino que recubre la esclera, la parte blanca del globo ocular. En ocasiones, la exposición a los rayos solares o al polvo pueden fomentar la formación de bultos o carnosidades, como el pterigión y la pinguécula.
Un pterigión es un tejido carnoso que crece en la conjuntiva del ojo y está compuesto por varios vasos sanguíneos. Esta carnosidad puede permanecer del mismo tamaño durante mucho tiempo o hacerse tan grande como para cubrir parte la córnea del ojo. Si esto sucede, la visión puede quedar afectada.
Una pinguécula es un bulto pequeño y amarillo que crece en la conjuntiva del ojo. Esta formación suele ubicarse en el lado que está más próximo a la nariz, pero también puede aparecer en el lado contrario. Esta protuberancia está compuesta de proteínas, grasa y calcio.
Diferencia entre los dos
Diferenciar el pterigión de la pinguécula es muy sencillo. El primero, puede formarse a partir de la segunda. A diferencia del pterigión, la pinguécula es amarilla, no crece sobre la córnea ni afecta la visión.
Causas
Tanto la pinguécula como el pterigión son crecimientos que se producen por la degeneración de la conjuntiva y se genera por los mismos agentes: exposición a la radiación ultravioleta, factores irritantes como el polvo o el serrín, envejecimiento o sequedad ocular.
Síntomas
La pinguécula es una condición que no produce síntomas y se suele identificar a simple vista por su color amarillo y su forma, similar a un grano de arroz. En ocasiones, este crecimiento puede inflamarse provocando una pingueculitis, condición que se caracteriza por causar ojo rojo y molestias oculares.
El pterigión es asintomático en su fase inicial. A medida que esta carnosidad va creciendo, puede provocar enrojecimiento ocular, molestias en el ojo, cambios en la curvatura de la córnea, problemas de visión y disminución de la vista.
Tratamiento
La pinguécula es una condición que no suele tratarse. Si el bulto amarillo está provocando inflamción o molestias en el ojo, el médico puede recetar colirios o lágrimas artificiales para aliviar los síntomas. Lo más aconsejable para los pacientes con esta afección es extirparla.
Para el pterigión, se puede recurrir al uso de lubricantes oculares cuando produce molestias o irritación. No existe un tratamiento que evite el crecimiento de esta lesión, por esta razón se recomienda al paciente retirarlo mediante la cirugía del pterigión.
Prevención
La mejor forma de proteger la conjuntiva y evitar la formación de un pterigión y una pinguécula, es usar gafas solares certificadas con protección de rayos ultravioletas. Invertir en unas buenas gafas de sol, es invertir en tu salud visual.
En Área Oftalmológica Avanzada contamos con los mejores expertos en el diagnóstico y tratamiento de pterigión o pinguécula. Pide cita y te trataremos de la mejor manera. ¡Te esperamos!

