La La retina es un órgano sensible que procesa la luz y la transforma en impulsos nerviosos que son enviados al nervio óptico para que viajen hasta el cerebro y se transformen en las imágenes que percibimos. Seguir leyendo...
El retinoblastoma puede afectar de forma unilateral o bilateral. Cuando el tumor está presente en un solo ojo, no suele ser hereditario y afecta a niños más mayores. En Área Oftalmológica Avanzada te explicamos a continuación qué es un retinoblastoma, así como sus causas, síntomas y complicaciones.
¿Qué es el retinoblastoma?
El retinoblastoma es un tumor maligno poco frecuente que se forma en la retina del ojo y afecta a niños pequeños. Recordemos que esta es un tejido fotosensible que envía, a través del nervio óptico, las señales nerviosas para que se interpreten las imágenes en el cerebro.
El retinoblastoma es muy poco frecuente, afectando a cuatro de cada un millón de niños. Sin embargo, el retinoblastoma es el cáncer de ojo más común en niños pequeños. Este tumor puede presentarse en uno o ambos ojos y puede ser hereditario o no serlo.
Causas
El retinoblastoma empieza a formarse como consecuencia de la mutación de las células nerviosas de la retina. Cuando esto ocurre, crecen y no paran de multiplicarse hasta el punto de formar una masa conocida como tumor. Las células sanas en lugar de multiplicarse se mueren.
Dependiendo del tamaño del tumor, este puede invadir otras partes del ojo cercanas a la retina. Incluso, el retinoblastoma puede hacer metástasis y extenderse a otras partes del organismo.
Las causas exactas del retinoblastoma se desconocen. La opinión más extendida es que la mutación celular es heredada de los padres, ya que algunas mutaciones que aumentan el riesgo de retinoblastoma son hereditarias.
El retinoblastoma hereditario es de carácter autosómico dominante, es decir, que basta que un solo padre posea una sola copia del gen alterado para aumentar el riesgo de transmisión a su hijo. En estos casos, la probabilidad de herencia del gen es del 50%.
Síntomas
El retinoblastoma afecta con más frecuencia a bebés o niños pequeños. Por eso, es importante identificar los síntomas que, cabe resaltar, no son frecuentes. Estos son: