La cirugía refractiva con láser ocupa las primeras posiciones en el ranking de las operaciones oftalmológicas que se realizan con mayor frecuencia. Este dato se debe a la alta demanda de esta cirugía y a los buenos resultados que ofrece. Eliminar total o parcialmente las gafas se percibe como algo importante en nuestra sociedad, tanto en jóvenes como en adultos con vista cansada o presbicia.

Es cierto que los avances tecnológicos permiten que en la mayoría de casos se pueda realizar cirugía refractiva con láser, y con muy buenos resultados. Pero, también es cierto que se trata de una cirugía que supone un traumatismo de los ojos, de la córnea, la estructura externa del ojo, por donde entra la luz hacia su interior para que podamos ver.

La cirugía refractiva con láser, en todas sus modalidades (Lasik, FemtoLASIK, Lasek, PRK y Smile), induce cambios en la curvatura del ojo y secciona los nervios del interior de la córnea. En la mayoría de casos se produce una alteración en la película lagrimal, de grado variable, que la hace más inestable y, junto al factor neurotrófico que supone la sección de los nervios de la córnea, produce una situación de ojo seco. Generalmente esta situación es reversible y tras unos meses desaparecen las molestias, provocadas per la sensación de arenilla, quemazón, lagrimeo e incluso visión borrosa, aunque no siempre aparezcan así.

cirugia refractiva y ojo seco

Cirugía refractiva y ojo seco: Diagnóstico y tratamiento posterior

Cada vez vemos más pacientes con síntomas de ojo seco, especialmente en los casos que ya había una cierta alteración de la película lagrimal. El problema es que mucha gente tiene alteraciones de la lágrima y no lo sabe, porque en la mayoría de casos todavía no produce molestias significativas y no les ha llevado a acudir al oftalmólogo. Actualmente sabemos que más del 60% de los casos con problemas tras la cirugía refractiva, se deben a alteraciones en la película lagrimal y se calcula que en la mayoría de estos casos se podría evitar si se hubiera diagnosticado correctamente y se hubieran tomado las medidas terapéuticas oportunas.

Este hecho es especialmente importante porque hoy en día tenemos mecanismos suficientes para diagnosticar el estado de la lágrima y, sobre todo, porque tenemos nuevos métodos de tratamiento para solventar esta situación. Con los sistemas de “luz pulsada”, especialmente diseñados para su uso oftalmológico, como Thermaeye, podemos mejorar la película lagrimal en todos los pacientes que se intervienen de cirugía refractiva, minimizando el riesgo de problemas de ojo seco tras la cirugía.

Cirugía refractiva personalizada con garantías

En Área Oftalmologica Avanzada, realizamos el tratamiento mediante Thermaeye en la mayoría de nuestros pacientes que serán sometidos a cirugía refractiva y hemos visto que tiene una lágrima alterada. Aunque siempre personalizamos los tratamientos, en la mayoría de casos realizamos una sesión antes y dos sesiones de Thermaeye después de la cirugía refractiva. Este tipo de tratamientos dura dos minutos para cada ojo, es indoloro, se realiza en la consulta y no tiene efectos secundarios.

Desde que combinamos el tratamiento con Thermaeye y la cirugía refractiva, hemos conseguido incrementar de manera exponencial el grado de satisfacción de los pacientes operados, tanto en calidad visual como en calidad de vida. Por eso pensamos que es fundamental el estudio y tratamiento de la película lagrimal en todos los casos que se vaya a realizar cirugía refractiva.

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Operación de miopía y el ojo seco
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Explicamos la relación entre la operación de miopía y el ojo seco y cómo para el éxito de una operación de miopía es necesario tenerlo en cuenta.
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