Numerosas causas se encuentran detrás del síndrome del Ojo Seco: algunas de ellas relacionadas con factores cutáneos. Por ello, es cada vez más frecuente que el oftalmólogo aconseje al paciente tratar esta enfermedad con una consulta personalizada con el dermatólogo.
Relación del dermatólogo con el ojo seco
La disfunción más común que comparte la Oftalmología y la Dermatología, respecto del Ojo Seco, es la Blefaritis. Se trata de una inflamación de las glándulas tarsales de los párpados, las encargadas de producir el componente graso de la lágrima.
A pesar de que existen diferentes tipos de Blefaritis, la más común es la Blefaritis marginal, que es la que afecta y inflama la zona de los párpados cercana a las pestañas. Esta inflamación puede llegar a ser aguda, crónica o crónica con agudización, aunque no se hayan presentado signos antes. La Blefaritis se da en los dos ojos, aunque la inflamación no suele ser tan aparatosa como un búho.
La Blefaritis, además de afectar a los párpados, también suele ser debido al crecimiento excesivo de bacterias normalmente presentes en la piel, por lo que la coordinación entre dermatólogo y oftalmólogo es necesaria.
Aunque el mejor tratamiento preventivo es una buena higiene continua en el párpado, para prevenir la recurrencia de esta condición y lograr reducir el enrojecimiento en los ojos, se aconseja acudir al dermatólogo para que defina si la Blefaritis viene dada por una reacción alérgica o es consecuencia de un problema crónico, como el acné y, de esta manera, combatir sus causas.

