El glaucoma es una de las principales causas de ceguera, razón por lo que no debe tomarse a la ligera. Se trata de una neuropatía óptica asociada a cambios en el campo visual, que suele afectar a la población afroamericana, personas de edad avanzada y aquellas con antecedentes familiares.

El mayor factor de riesgo, sin embargo, es el aumento de la presión intraocular.
La presión intraocular se regula mediante el equilibrio de complejos mecanismos implicados en la producción y drenaje del humor acuoso. El humor acuoso se genera y se evacua de forma constante y equilibrada en las estructuras del segmento anterior del ojo con el objetivo de nutrir el ojo por dentro y mantener el correcto tono ocular, necesario para la buena salud de los ojos.
Otro factor a tener en cuenta es la oxidación en los ojos, puesto que se ha comprobado que existe “estés oxidativo” y, en consecuencia, daño oxidativo en el ADN de los pacientes con glaucoma.
Fumar provoca glaucoma
Los fumadores se someten a un alto grado de estrés oxidativo, a causa de los radicales libres y otras especies reactivas de oxígeno que se desprenden o son originadas por el tabaco. Fumar es, en definitiva, un factor de riesgo para el desarrollo del glaucoma.
De hecho, se tiene constancia de un estudio encargado de examinar la relación entre el hábito de fumar cannabis y el glaucoma primario de ángulo abierto, mediante la realización de un metaanálisis de los estudios ya publicados en revistas científicas.
El estudio reveló una posibilidad 37% mayor de contraer glaucoma primario de ángulo abierto entre los fumadores, que en personas que nunca fumaron.
A diferencia de los factores de riesgo conocidos (edad, etnia o antencedentes), el hábito de fumar es un factor modificable, por lo que en las campañas contra el tabaquismo debe hacerse hincapié en el posible riesgo de padecer glaucoma.

