Canaloplastia
La canaloplastia es un procedimiento quirúrgico que tiene como objetivo reducir la presión intraocular creada por el glaucoma.
Esta técnica quirúrgica es filtrante, no perforante y mínimamente invasiva, lo que nos permite realizar un posoperatorio rápido y seguro.
Canaloplastia
La canaloplastia es un procedimiento quirúrgico que tiene como objetivo reducir la presión intraocular creada por el glaucoma.
Esta técnica quirúrgica es filtrante, no perforante y mínimamente invasiva, lo que nos permite realizar un posoperatorio rápido y seguro.
¿Qué es la canaloplastia?
La canaloplastia es un procedimiento quirúrgico no perforante, que no requiere de la creación de una fístula y no tiene como resultado la formación de una ampolla como en la trabeculectomía tradicional.
El canal de Schlemm corre por la parte externa del iris. Su cometido es recoger el exceso de humor acuoso y drenarlo al torrente sanguíneo para su reabsorción. En la mayoría de casos, el glaucoma suele estar causado por la obstrucción de este canal, produciéndose un acúmulo de humor acuoso en el interior del ojo y con ello un incremento de la presión intraocular.
Cómo se realiza una canaloplastia
La técnica consiste en la inserción de un microcateter en toda la extensión del canal de Schlemm, para agrandar el canal principal y los canales colectores, mediante la inyección de un material estéril similar al gel. Se finaliza la cirugía retirando el catéter e insertando una sutura en el canal de drenaje. La tensión en la sutura ayuda a controlar la presión del ojo.
Ventajas de la canaloplastia
Los estudios iniciados hace más de tres años, han demostrado un alto grado de eficacia y un nivel de seguridad superior al que ofrecen otras técnicas, especialmente aquellas que requieren perforar el ojo, con mayor riesgo de hipotensión, inflamación, hemorragias e infecciones.
La canaloplastia ofrece una alternativa válida a la trabeculectomía que intenta reducir la presión intraocular con menor número de complicaciones.
Actualmente, en la cirugía del glaucoma seguimos luchando para mantener la filtración del humor acuoso a largo plazo. Habitualmente, además de “fabricar” una fístula de drenaje, utilizamos implantes y antimetabolitos para intentar evitar la fibrosis que aparece en el tiempo.
La canaloplastia es un paso más para intentar reducir la presión intraocular a largo plazo. Es una técnica no perforante y mínimamente invasiva, lo cual reduce los riesgos de infección en la cirugía y una rehabilitación mucho más rápida. Con este método se consigue una reducción de la presión intraocular de más de un 35%.

Quién puede realizarse una canaloplastia
En un principio esta técnica estaría indicada en casi el 80% de los pacientes afectos de glaucoma. A modo de resumen podríamos indicar esta técnica quirúrgica a los pacientes con glaucomas del tipo:
- Glaucoma de ángulo abierto.
- Glaucomas pseudoexfoliativos.
- Glaucoma pigmentario.
- Glaucomas refractarios al tratamiento tópico.
Quién no debería someterse a una canaloplastia
La canaloplastia estaría contraindicada en personas con glaucoma del tipo:
- Glaucoma de ángulo estrecho.
- Glaucoma con iris en meseta.
- Ojos con sinequias anteriores periféricas.
- Ojos con inflamación ocular o neovascularización.
- Haberse realizado una trabeculplastia laser o trabecuectomía previa.

Imagen de ultrasonido del canal de Schlemm tras la viscodilatación
Dónde realizar una canaloplastia
Nuestra Unidad de Glaucoma en Área Oftalmológica Avanzada ya hemos empezado a trabajar con esta técnica y aunque no pretende sustituir a las otras, si vemos que puede aportar soluciones a pacientes glaucomatosos muy avanzados, donde una complicación postoperatoria podría suponer la pérdida irreversible de la visión que les queda.
Operación de glaucoma sin puntos
Operación de Glaucoma por cierre conjuntival sin puntos realizada en Área Oftalmológica Avanzada.

