El frío trae consigo el uso constante de la calefacción y, con ello, un aumento del riesgo de padecer sequedad ocular. Si a esto le sumamos un clima con fuertes vientos y una exposición continua a pantallas como las del ordenador o la televisión, el riesgo crece todavía más. Consejos para prevenirlo.
A medida que llega el invierno, a las mantas y a la ropa de abrigo, se le añade un nuevo aliado para combatir el frío: la calefacción, estufas eléctricas o de gas, que ayudan a elevar la temperatura de interiores. Estos sistemas de calefacción que ayudan a combatir el frío, también reducen la humedad del aire, lo que puede acabar comportando un incremento de la evaporación de la película lagrimal del ojo.
El síndrome del Ojo Seco (SOS) es una consecuencia directa de la sequedad ocular y los factores de riesgo a los que exponemos nuestros ojos. Los síntomas más comunes de este síndrome son: la irritación ocular, ardor en los ojos y sensación de pesadez en los párpados, entre otros.
Para evitar el SOS, especialmente cuando hay bajas temperaturas, es aconsejable parpadear frecuentemente y es aún más aconsejable, si se está delante de un televisor o de la pantalla de un ordenador. También se recomienda usar gafas de sol para prevenir los factores derivados de la presencia del viento y el contacto con el aire frío. Por último, es aconsejable huir de los ambientes con contaminación (como el humo del tabaco) y evitar las zonas con aire acondicionado o demasiada calefacción.

