Duración de la conjuntivitis bacteriana
La conjuntivitis bacteriana es una enfermedad frecuente. Esta afección ocurre cuando los ojos entran en contacto con determinadas bacterias, que inflaman la conjuntiva provocando las molestias habituales de una conjuntivitis bacteriana.
La mayoría de los pacientes con conjuntivitis bacteriana desconocen su duración y se preguntan insistentemente cuánto tiempo tendrán que convivir con el malestar que provoca esta enfermedad. ¿La razón? Los síntomas de la conjuntivitis bacteriana son muy molestos y comprometen, de forma importante, la calidad de vida del paciente.
Duración de la conjuntivitis bacteriana
La conjuntivitis bacteriana es una enfermedad frecuente. Esta afección ocurre cuando los ojos entran en contacto con determinadas bacterias, que inflaman la conjuntiva provocando las molestias habituales de una conjuntivitis bacteriana.
La mayoría de los pacientes con conjuntivitis bacteriana desconocen su duración y se preguntan insistentemente cuánto tiempo tendrán que convivir con el malestar que provoca esta enfermedad. ¿La razón? Los síntomas de la conjuntivitis bacteriana son muy molestos y comprometen, de forma importante, la calidad de vida del paciente.
¿Cuánto dura la conjuntivitis bacteriana?
La conjuntiva es una membrana fina y transparente que recubre el globo ocular y la parte interna de los párpados. Algunas bacterias pueden provocar la inflamación de este tejido y desencadenar una infección ocular muy molesta. Esto es lo que conocemos como conjuntivitis bacteriana.
La conjuntivitis bacteriana empieza con el enrojecimiento de las estructuras oculares. Esto se debe a que los vasos capilares de la conjuntiva se dilatan y se hacen mucho más visibles cuando el tejido se inflama.
Es comprensible que, ante la presencia de síntomas tan molestos que provoca, el paciente no deje de preguntarse cuánto dura la conjuntivitis bacteriana. No existe una respuesta exacta para esta interrogante. La conjuntivitis bacteriana tiene una duración que suele ser corta, pero esto depende en gran parte de si se está tratando de forma adecuada o no.
La conjuntivitis bacteriana tiene duración aproximada de entre 7 y 10 días si se diagnostica en la fase inicial y se trata correctamente. Por esto, es importante acudir al oftalmólogo en el momento de presentarse los primeros síntomas.
Para que la conjuntivitis bacteriana dure poco y no se convierta en una enfermedad crónica, es importante seguir las recomendaciones oftalmológicas al pie de la letra. Además de aplicar los colirios recetados por el doctor, resulta indispensable mantener los ojos limpios de secreciones.
La higiene ocular debe realizarse al menos 5 veces al día, o cada vez que haya secreciones concentradas en los párpados y en el canto nasal. Lo aconsejable es limpiar los ojos con suero fisiológico y aplicar compresas frías para aliviar el dolor, la irritación y el picor.
¿Cómo saber si la conjuntivitis se está curando?
La mayoría de las conjuntivitis bacterianas responden de forma positiva al tratamiento con antibióticos. Estos fármacos ayudan a eliminar las bacterias que han causado la infección y detienen su proliferación.
Los síntomas de la conjuntivitis bacteriana empiezan siendo leves y alcanzan su punto más álgido entre el día 5 y 7 de la enfermedad. Después de una semana, las secreciones oculares deberían comenzar a disminuir considerablemente y la enfermedad empieza a mejorar.
Si después de dos semanas de tratamiento no se observa mejoría y las secreciones oculares son persistentes, es importante acudir de nuevo al oftalmólogo.
Posibles complicaciones
La conjuntivitis bacteriana es una enfermedad con un pronóstico positivo. Son pocas las veces en que esta infección provoca complicaciones o estragos en la estructura ocular.
Si la conjuntivitis bacteriana no se trata de forma adecuada, puede presentarse dolor ocular muy intenso, dificultad para abrir los ojos, inflamación aguda de los párpados, fiebre y malestar corporal.
La conjuntivitis bacteriana es una infección en la parte anterior del ojo. Si no se administra el tratamiento correcto, las bacterias pueden penetrar a zonas más profundas como la córnea.
Una infección en la córnea es una afección muy grave que debe ser atendida de inmediato para evitar problemas irreversibles en el sistema visual.
¿Cuándo se transforma en crónica?
La conjuntivitis bacteriana se convierte en una enfermedad crónica cuando las bacterias son resistentes al tratamiento recetado por el oftalmólogo. También puede ocurrir que el paciente no siga correctamente las instrucciones del oftalmólogo y la enfermedad no progrese positivamente.
La conjuntivitis bacteriana es crónica cuando se convierte en una afección reincidente o los síntomas son persistentes. Si esto ocurre es importante acudir de inmediato al oftalmólogo para examinar los ojos y evaluar otra opción de tratamiento.
En determinadas ocasiones es necesario tomar una muestra de las secreciones oculares para realizar un cultivo de las mismas. Este examen, permite al oftalmólogo conocer cuál es la bacteria que ha causado la infección y saber a qué tipo de antibióticos es vulnerable.
¿Cuándo acudir al oftalmólogo?
Siempre que se presenten síntomas de conjuntivitis bacteriana se debe acudir al oftalmólogo. El primer síntoma es el enrojecimiento ocular. Si notas que la parte blanca de tus ojos está de color rojo intenso es recomendable pedir cita con el oftalmólogo.
La conjuntivitis bacteriana se trata con colirios que contienen antibiótico. Solo un oftalmólogo puede determinar cuál es el colirio ideal para tratar la conjuntivitis bacteriana, según la gravedad de sus síntomas. Además, es importante recordar que estos fármacos se venden únicamente con receta médica.
¿Qué pasa si no acudes al oftalmólogo? La conjuntivitis bacteriana empeora de forma progresiva. Evitar la progresión de esta enfermedad es indispensable para proteger estructuras sensibles a las bacterias, como la córnea.
También es importante quedarse en casa mientras se tengan síntomas de conjuntivitis bacteriana. Esta enfermedad es altamente contagiosa y no se sabe exactamente cuánto tiempo dura la ventana de contagio. Lo ideal es no asistir a la escuela o al trabajo hasta que no haya rastro de la infección.
