Conjuntivitis

La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva del ojo, una membrana blanca que recubre parte del globo ocular y del interior de los párpados. La conjuntivitis es una de las patologías más comunes en la oftalmolgía y puede afectar tanto a niños como a adultos.

Uno de los principales síntomas de la conjuntivitis es el ojo rojo producido por la visualización de los vasos sanguinos que conforman la conjuntiva.

Existen distintos tipos de conjuntivitis que se clasifican en función del agente causante y, del mismo modo, distintos tratamientos para cada una de las conjuntivitis.

Conjuntivitis

La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva del ojo, una membrana blanca que recubre parte del globo ocular y del interior de los párpados. La conjuntivitis es una de las patologías más comunes en la oftalmolgía y puede afectar tanto a niños como a adultos.

Uno de los principales síntomas de la conjuntivitis es el ojo rojo producido por la visualización de los vasos sanguinos que conforman la conjuntiva.

Existen distintos tipos de conjuntivitis que se clasifican en función del agente causante y, del mismo modo, distintos tratamientos para cada una de las conjuntivitis.

¿Qué es la conjuntivitis?

La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, el tejido transparente que cubre el interior del párpado y la esclera o parte blanca del ojo.

La esclera cuenta con finos vasos sanguíneos que no aparecen a la vista en condiciones normales, pero cuando la conjuntiva empieza a irritarse o inflamarse, los vasos sanguíneos que la irrigan se dilatan dando lugar al clásico ojo rojo, un síntoma típico de esta condición.

Se trata de una de las enfermedades oculares más comunes en bebésniños y adultos, pero aunque resulta molesta su tratamiento es sencillo y, en muchos casos, incluso desaparece por sí sola sin la necesidad de aplicar medicación.

¿Qué causa la conjuntivitis?

Existen tres detonantes de irritación ocular que pueden causar conjuntivitis:

  • Infecciones.
  • Alergias.
  • Agentes irritantes ambientales.

La conjuntiva es un tejido uniforme por ello responde a todas estas condiciones de una forma similar, independientemente del detonante, razón por la que el ojo rojo es un síntoma común en todos los tipos de conjuntivitis.

La conjuntivitis puede originarse por tres razones: 

conjuntivitis

Infecciones

Las causas infecciosas de la conjuntivitis incluyen bacterias y virus. La conjuntivitis infecciosa, ya sea bacteriana o viral, puede ser bastante contagiosa, el contacto físico con la lágrima del paciente a través del uso de pañuelos y toallas debe ser exclusivo de cada persona para eliminar el riesgo de infección.

La limpieza de manos después del contacto con la persona también ayuda a prevenir la propagación de la infección.

Conjuntivitis bacteriana

Bacterias comunes como los estafilococos o estreptococos pueden conducir a esta patología, produciendo un ojo rojo que está asociado a una secreción de mucosidades o, en casos graves, pus. La infección puede afectar a un ojo o a los dos.

Si la cantidad de secreción es grande, lo más probable es que se trate de una infección aguda, en estos casos es recomendable acudir al oftalmólogo, incluso con carácter de urgencia.

En otras ocasiones, algunas infecciones bacterianas son más crónicas y muchas producen una pequeña  o nula secreción o pequeñas costras en los párpados por las mañanas.

Conjuntivitis vírica

Los virus son también causa común de conjuntivitis. Algunos virus producen las clásicas conjuntivitis de transmisión familiar, pudiendo acompañarse de garganta inflamada y rinitis, a diferencia de las bacterianas, la secreción es más liquida, un lagrimeo profuso acuoso.

Alergias

Irritantes o agentes externos como el polen o el polvo pueden conducir a un cuadro de conjuntivitis alérgica. En este caso el ojo produce una secreción más acuosa, similar a la del cuadro vírico, pero acompañada de otros síntomas como picor y rinitis.

Algunos tipos de alergias, como la fiebre del heno, provocan mucha comezón ocular, mientras que otras simplemente producen un enrojecimiento crónico. Este tipo de inflamación de la conjuntiva tiene un marcado carácter estacional, siendo más común en la primavera y el otoño.

Agentes irritantes ambientales

Algunas sustancias irritantes como el tabaco, el humo excesivo o el cloro de la piscina, también pueden producir inflamación e irritación en la conjuntiva que lleven a este padecimiento.

Es importante considerar que todas las conjuntivitis se agravan con la sequedad de los ojos, por lo tanto aquellos pacientes que padecen síndrome de ojo seco deberán acudir preferiblemente a un oftalmólogo para evitar que los síntomas sean más molestos y el proceso de tratamiento no se prolongue excesivamente.

Cómo se cura la conjuntivitis

El tratamiento para curar la conjuntivitis puede durar entre siete y 10 días dependiendo del cuadro. En el caso de padecimientos leves muchas veces el ojo mejora por sí mismo, sin la necesidad de un tratamiento médico. Sin embargo, acudir a un oftalmólogo nos permitirá determinar el tipo de conjuntivitis que padecemos y cuál es el tratamiento más oportuno, que puede ser a base de gotas antibióticas en el caso de una infección, antialérgicos para la conjuntivitis alérgica o, en el caso de virus, esteroides que pueden aliviar las molestias aunque la conjuntivitis vírica desaparece sin tratamiento al cabo de unos días.

En todos los casos, el uso de gasas empapadas con suero fisiológico para limpiar las secreciones oculares es muy recomendada. Adicionalmente, las compresas empapadas en agua fría también son oportunas para reducir la inflamación y aliviar las molestias.

Aunque la conjuntivitis leve puede remitir sin la necesidad de acudir a un especialista, existen casos en los que se recomienda acudir a un oftalmólogo enseguida, por ejemplo:

  • Si se presentan síntomas como dolor ocular intenso, visión borrosa o sensibilidad a la luz.
  • Si el enrojecimiento o las secreciones son muy intensas.
  • Cuando las molestias no disminuyen al cabo de tres o cuatro días.
  • En caso de padecer de ojo seco, pues este cuadro puede intensificar las molestias y hacer más lenta la recuperación.
  • Cuando el paciente es un recién nacido o un niño pequeño, en estos casos la revisión médica es necesaria.
  • También se recomienda acudir al especialista cuando el sistema inmune se encuentra comprometido por alguna enfermedad.

Consejos para prevenir el contagio de conjuntivitis

Tanto la conjuntivitis bacteriana como vírica son altamente contagiosas, por ello es importante que si alguien en nuestro entorno padece de esta condición, tomemos las prevenciones necesarias para evitar su propagación.

Algunas recomendaciones esenciales para prevenir el contagio de la conjuntivitis son:

  • Evitar compartir pañuelos y toallas, este tipo de objetos deben ser de uso estrictamente personal.
  • Tampoco se recomienda compartir las gafas, lentes de contacto o maquillaje como mascarilla de pestañas o lápices oculares. Este tipo de hábito favorece la propagación de bacterias y virus que entran en contacto con nuestros ojos.
  • Lavarse las manos con frecuencia, especialmente después de ir al baño, con el fin de evitar la transmisión de bacterias que perjudiquen nuestra salud ocular.
  • No tocarse y frotarse los ojos con las manos. Ante molestias frecuentes como picazón y sequedad se recomienda visitar a un especialista.
  • En el caso de pacientes con cuadros de alergia estacional, lo mejor es acudir al oftalmólogo antes del inicio de la estación para recibir un tratamiento preventivo oportuno.
  • Si usas con frecuencia piscinas públicas, se recomienda proteger tus ojos con unas gafas apropiadas, evitando irritantes y agentes infecciosos.

Enfermedades oculares que se pueden confundir con una conjuntivitis

Hay varias enfermedades oculares que también producen un ojo rojo y que pueden llegar a ser muy graves a menos que se diagnostiquen y se traten.

Para evitar un diagnostico equivocado o la simple confusión del que la padece, se recomienda acudir a un especialista en oftalmología. Esto es especialmente importante si hay dolor, visión borrosa o fotofobia severa pues estos síntomas no son típicos de una conjuntivitis simple e indican un mayor grado de gravedad.

El dolor, la visión borrosa y la fotofobia pueden señalar la presencia de glaucoma, una úlcera ocular o una inflamación del interior del ojo, patologías que pueden afectar a la visión de forma irreversible, por ello, en Área Oftalmológica Avanzada recomendamos acudir al especialista con carácter de urgencia ante estas circunstancias.

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La conjuntivitis es una de las enfermedades oculares más comunes. Conocer sus causas y tratamiento es la mejor forma de evitar su aparición y contagio.
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