Claves del ojo seco

Los últimos estudios sobre ojo seco muestran que, cada vez con mayor frecuencia, entran en juego factores como la alimentación o de índole psicológico, como el estrés y la ansiedad, que tienen un papel fundamental en el tratamiento de esta enfermedad.

Ante toda esta avalancha de información hoy os traemos las claves del ojo seco para un correcto diagnóstico y tratamiento.

Claves del ojo seco

Los últimos estudios sobre ojo seco muestran que, cada vez con mayor frecuencia, entran en juego factores como la alimentación o de índole psicológico, como el estrés y la ansiedad, que tienen un papel fundamental en el tratamiento de esta enfermedad.

Ante toda esta avalancha de información hoy os traemos las claves del ojo seco para un correcto diagnóstico y tratamiento.

¿Qué siente un paciente con ojo seco?

“Doctor, cada vez siento más irritados los ojos. Me han dado todo tipo de tratamientos y, cuantas más gotas me pongo, más me molestan los ojos. Ya no aguanto estar delante del ordenador y cada vez tengo más problemas en el trabajo. Lo malo es que nadie entiende lo que me pasa: piensan que exagero y, como no me ven los ojos muy mal, se creen que son cosas mías. Incluso me han recomendado que acuda a un psicólogo a ver si me puede ayudar.”

Este relato es el que con mayor frecuencia cuentan los pacientes con ojo seco que llegan a nuestra centro oftalmológico, desesperados de no hallar soluciones y frustrados de la incomprensión que encuentran a su alrededor.

Durante los últimos años hemos visto como ha incrementado el número de pacientes que sufren de ojo seco, un cuadro que, pese a no ser grave, ocasiona muchas molestias, incluso llegando a ser invalidantes. Aunque el ojo seco lo vemos más en mujeres y en pacientes con una edad que oscila entre los 50 y los 60 años, cada vez con más frecuencia, lo vemos en pacientes jóvenes, menores de 40 años, y con una incidencia en hombres que va aumentando progresivamente.

La alta incidencia de ojo seco, los cambios en la población y la forma de presentación deben hacernos pensar que algo está cambiando en nuestro entorno y que podría ser responsable de esta situación. Sabemos que el ojo seco es una enfermedad multifactorial que se relaciona con factores tanto de tipo ambiental como asociado con otras alteraciones.

Factores que agravan el ojo seco

Los factores ambientales son uno de los más comunes con que el paciente siente sequedad ocular. Entre ellos destacan los relacionados con:

  • Edificios cerrados.
  • Bajo nivel de humedad.
  • Aires acondicionados y calefacciones.
  • Humos.
  • Contaminación en las grandes ciudades.
  • Viento.
  • Cambios de temperatura.

Otros factores comunes que el paciente de ojo seco puede sentir molestias son:

  • La presencia de enfermedades de tipo reumático.
  • Problemas de la piel como el acné rosácea.
  • Los cambios hormonales de la menopausia en las mujeres.
  • Cuadros alérgicos en los jóvenes.
  • Piel atópica.
  • Dermatitis.
  • Efectos de ciertas medicaciones especialmente los antidepresivos.
  • Uso prolongado de ciertos colirios.
  • Excesivo uso de lágrimas artificiales.

Causas de ojo seco

Junto a estos factores, que podríamos denominar clásicos, cada vez se está dando mayor importancia a otras causas que provocan ojo seco que hasta ahora parecían poco relevantes, como la alimentación y la presencia de estrés. Es cierto que una mala alimentación y la presencia de estrés son factores negativos en todos los aspectos de la salud, capaces de desencadenar una descompensación del sistema que puede acabar con la presencia de múltiples problemas de orden muy variado.

Sabemos que los ojos son uno de los órganos diana de nuestro sistema y que muchos problemas, incluso de índole psicológico, como los procesos de ansiedad, pueden ocasionar patologías (somatización) como el ojo seco.

claves del ojo seco

Tengo ojo seco: ¿Y ahora qué?

Un centro oftalmológico especialista es la clave. Ante un paciente con ojo seco, el oftalmólogo debe investigar las condiciones de la lágrima y de la superficie ocular, y si se evidencia, por ejemplo, una reducción de la cantidad de lágrima, se debe plantear la utilización de lágrimas artificiales o la implantación de tapones lagrimales.

Si se trata de un ojo seco evaporativo, es necesario evaluar el estado de las glándulas de meibomio, que son las glándulas de los parpados encargadas de segregar los lípidos (grasa) que forman parte de la película lagrimal, fundamental para la lubricación de la superficie ocular y para evitar que no se evapore rápidamente. Cuando ésto ocurre es posible que se deba realizar un sondaje para mejorar su funcionamiento.

Pero, junto a estas medidas, es también fundamental valorar a la persona que sufre el ojo seco. El médico trata al enfermo en su conjunto, no a los ojos de forma separada del resto del organismo. Debemos ir a un concepto más holístico: tratamos a personas, personas enfermas, no a enfermedades sin más.

En este artículo queremos hacer especial referencia a la alimentación y al estrés, por ser factores poco valorados por los oftalmólogos y por tener cada vez mayor peso en esta enfermedad.

 

Elementos clave del ojo seco

La alimentación incorrecta y el estrés son elementos clave en la secreción de la glándula lagrimal y en la  descompensación del metabolismo de las glándulas de meibomio. Una dieta pobre en omega 3 y excesivos omega 6 (carne roja), desencadena procesos inflamatorios en las glándulas lagrimales, ocasionando descenso en la cantidad de lágrima y deterioro cualitativo de su composición. De la misma forma, esta dieta anómala afecta a las glándulas de meibomio.

Cuando estas glándulas se ven afectadas hay mayor roce de los párpados sobre la superficie del ojo y la película lagrimal se rompe rápidamente, provocando el contacto directo de la superficie ocular con el aire. Debido a ésto, el ojo se reseca y se induce inflamación, liberación de citoquinas, que deterioran esta superficie, ocasionando las molestias características: sensación de sequedad, quemazón, arenilla y pesadez de párpados.

Estrés y ojo seco

El estrés desencadena una serie de cambios que alteran el equilibrio del sistema vegetativo, simpático-parasimpático, cambios que también afectan a los ojos, alteración en el metabolismo de las glándulas de meibomio y procesos de atrofia (envejecimiento precoz) de las glándulas lagrimales. Es importante reconocer que lo sufrimos y no hay que confundirlo con una vida ajetreada. El estrés se genera cuando los problemas nos superan y no somos capaces de resolverlos.

Es cierto que en los tiempos que corren es fácil que la mayoría suframos un cierto grado de estrés y de ansiedad, pero cuando ésto va en aumento es importante intentar controlarlo. Podemos acudir a especialistas, psicólogos, o intentar reducirlo mediante medios más naturales, como aprender a relajarse, respirar correctamente, practicar yoga o meditación.

A algunos les parecerá todo esto casi ridículo, pero os podemos asegurar que funciona. Hemos tratado pacientes con problemas importantes como hipertensión arterial o trastornos cardiovasculares y procesos que afectan a los ojos, como el ojo seco, que han aprendido a controlar el estrés con medios de relajación y han obtenido resultados espectaculares. Así que no es ninguna tontería plantearse esta alternativa.

Como ya hemos mencionado, el tema de la alimentación es clave para el ojo seco, pero ya os adviertimos que no sólo con una buena alimentación es suficiente. Hemos tratado pacientes con ojo seco que son muy estrictos con la dieta y no hay forma de que mejoren. En la mayoría de estos casos se trata de pacientes muy estrictos, “psicorígidos”, con unos hábitos que, aunque saludables en teoría, se han tornado negativos al intentar imponérselos de una forma demasiado estricta.

Alimentación y ojo seco

Desde hace tiempo sabemos los efectos beneficiosos de los alimentos ricos en omega 3 y la necesidad de eliminar los omega 6. Pero actualmente sabemos que, si bien es cierto el papel de los omega para las mucosas, entre ellas las de los ojos, no es menos cierto que el ojo seco mejora cuando realizamos una dieta equilibrada en general, es decir, cuando combinamos los alimentos que sabemos que nos ayudan no sólo a los ojos, sino a todo el organismo.

Por todo ello, insistimos que pese a que hay unos alimentos que sí son más específicos para la salud ocular, en el caso del ojo seco, es preferible realizar una dieta bien compensada pensando en el organismo como un todo.

Dieta y ojo seco

Las intolerancias a ciertos alimentos es uno de los factores que más alteraciones puede ocasionar, incluso a nivel ocular, como las alergias, la blefaritis y el ojo seco. Por eso es tan importante saber tanto lo que debemos ingerir como lo que debemos evitar.

Es evidente que, en este sentido, lo ideal es acudir a un nutricionista que nos haga un estudio personalizado y nos oriente en este sentido. En los casos que no se disponga de un nutricionista es importante que intentemos analizar qué alimentos nos causan un efecto negativo, especialmente flatulencia, dolor de cabeza, descomposición, que generalmente se deberá a intolerancias y será necesario eliminarlos. Hay que pensar especialmente en los lácteos, huevos, chocolate, trigo (pan y pastas) y en el maíz.

Respecto a la dieta recomendada, hemos de tener en cuenta que ésta depende en gran manera de nuestra región geográfica de origen. Sabemos que la tan laureada dieta mediterránea es muy efectiva en los que hemos nacido en esta zona geográfica. Sin embargo para un asiático o para una persona que proviene de un país latinoamericano, para los que sus hábitos alimenticios son diferentes, las recomendaciones en la dieta no serán las mismas.

Hemos visitado pacientes de otros países con dietas muy diferentes a la nuestra que al venir a España, incluso después de años de vivir aquí, presentan intolerancias a la dieta mediterránea y ha sido necesario recomendarles que vuelvan a los hábitos alimenticios propios de su país. Por tanto, es importante que la dieta se ajuste a la zona geográfica de procedencia.

En los casos que se puede aplicar la dieta mediterránea, os recomendamos efectuar de 5 a 7 ingestas cada día, incluir 5 frutas y verduras, frutos secos, aceite de oliva, incrementar los carbohidratos si hacemos ejercicio físico (2 horas antes) y recordar que la carne roja no debería sobrepasar los 500-600 gramos al mes.

La dieta debe complementarse con unos hábitos de vida saludables: control del estrés, práctica del ejercicio al aire libre, evitar ambientes cerrados y secos, todo ello acompañado de una actitud positiva ante la vida.

Comprensión del ojo seco

Por último, cabría señalar la importancia que tiene el entorno que rodea al paciente con ojo seco y la necesidad que tiene éste de una mayor comprensión al sufrimiento que padece. Es imprescindible concienciar a los familiares, amigos y compañeros de trabajo, de que se trata de una enfermedad crónica muy incapacitante para el que la sufre. A esa comprensión, hemos de añadir la importancia de otros aspectos tales como las condiciones ambientales, el control de temperatura y de humedad e incluso del grado de iluminación.

Si el paciente con ojo seco sabe que su entorno entiende lo que le pasa, le será de gran ayuda para superar su enfermedad.

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Presentamos las claves del ojo seco y los principales factores que generan este síndrome. En Área Oftalmológica Avanzada somos una clínica especialista.
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